Queridos amigos
y compañeros de camino, hoy os comparto una de las grandes joyas de los
terapeutas y en realidad de cada gran profesional que se precie, cualquier
especialidad que esté en contacto con personas, centra su éxito en la
OBSERVACIÓN.
Por qué la observación
es tan importante, pues muy sencillo, la observación y registro de cada
comportamiento humano, aporta información al observador, en comercio les sirve
para vender más al cliente, en psicología, nos sirve para valorar la
importancia de las palabras y las consecuencias. Los profesionales de la salud,
estamos entrenados para observar, de forma que podamos ayudar o acelerar el
proceso de salud durante el tiempo que la persona solicita nuestra atención.
Estamos entrenados especialmente, para descubrir lo oculto, detrás de las
palabras.
Por qué os
cuento todo esto, bueno, mi intención es contaros nuestro secreto, por qué un
profesional de la psicología puede ayudar a otra persona a evolucionar mejor o
más rápidamente en el paso de cualquier proceso personal: “porque os observamos
minuciosamente, sin descartar cualquier conducta y porque os escuchamos con los
cinco sentidos”, los psicólogos os podemos ayudar porque: Os observamos, Os
escuchamos, Os atendemos y Estamos entrenados para detectar lo que hay detrás
de lo que decís.
Ahora, en este
confinamiento, os invito a Auto-observaros, como modo específico de escucharos
y atenderos, evidentemente, con esto no podéis sustituir la actividad de los
profesionales, eso requiere más tiempo, pero sí podéis mejorar sustancialmente
la vida diaria, en vuestro personal camino, hacia la felicidad, sin exigencias
ni prisas, claro, la felicidad o la calma no son metas rápidas de alcanzar,
pero sí profundamente recomendables para la vida.
Ahora, no podemos decir que no tenemos tiempo,
de modo que os invito a AUTO-OBSERVAROS, con esta observación diaria, iréis
viendo aquellas cosas de vuestra vida que os entristecen, os generan miedo,
preocupación, estrés o ansiedad, os desaniman, os bajan la vibración o bien os
rompen el alma, para poderlas diferenciar claramente de aquellas que os resultan
agradables, aquellas palabras o situaciones que os animan, todo aquello que
suba vuestra vibración, o bien os alegra el alma, según la corriente desde la
que queráis acceder, me da igual como lo denomines.
Evidentemente,
en la vida en general y especialmente en este momento, será BIEN-VENIDO a
nuestra vida todo lo que me anime, me haga sonreír, me aporte paz o cualquier
forma que despierte el amor en mi. En esta ocasión, no estoy hablando de amor
romántico ni de pareja, que fácilmente hace despertar una sensación agradable
cuando el amor es correspondido. En este momento, me refiero a AMOR, hacia la
vida, hacia mi persona, hacia otra persona o ser vivo, como sentimiento o como
energía, no como emoción pasajera, sino como forma de enfrentarnos a la vida y
a los problemas, o situaciones difíciles como este confinamiento. Si observamos
las situaciones con calma y le añadimos amor, será todo más fácil y agradable.
Si nos
observamos, seremos capaces de descubrir lo que despierta en mi la exposición,
a tanta información como nos llega por las redes sociales y los telediarios. Podemos
estar riéndonos de un chiste, cuando de repente, ponemos las noticias… ¿Y? ¿qué
pasa? Estás en casa cocinando, haciendo manualidades, jugando con los peques de
la casa y de repente, te llega información por las redes del número de
fallecidos… ¿Qué pasa? Pues la “realidad exterma”, me impide seguir disfrutando
de “mi realidad interna”, es por eso que todos los profesionales de la salud
mental, recomendamos que nos dosifiquemos
el “tiempo de exposición” a la información sobre este “bichito de luz” como
yo, personalmente llamo al bichito que nos tiene confinados. ¿por qué le cambio
el nombre? Porque te sacó una sonrisa o al menos te sorprendió, ¿no? Si no fue
así de forma inmediata, al menos, no despertó miedo ni tristeza en ti, ¿Verdad?
Pequeños trucos,
el nombre oficial del bichito que nos tiene encerrados, ya cuenta con unas
connotaciones graves, tristes, que nos llevan a un estado de ánimo que se aleja
de nuestra felicidad, se acerca al “Estado de Alerta” que se nos ha impuesto,
pero también se acerca al necesario estado de alerta que los seres humanos
necesitamos para sobre-vivir. Si bien es necesario, estar alertas, tomar las
medidas, ser conscientes de la situación, aunque la realidad, seguramente nunca
alcancemos a verla completa, es necesario saber dónde vivimos y por qué suceden
las cosas, para poder sobre-vivir a cualquier situación que ponga en riesgo
nuestra vida. Pero no podemos vivir en alerta continua, eso produce un desgaste
físico y emocional, que nos impedirá estar realmente alerta, cuando sea
necesario. Nos generará ansiedad, nos aportará estrés y nos alejará de la
felicidad, que realmente podemos alcanzar, en cualquier situación que la vida nos
depare.
Así, que cuando
descubras aquello que te haga sonreír, te suba el ánimo o la vibración, o bien
te alegre el alma, según tus creencias o filosofía de vida, sencillamente,
practícalo mucho, reduce al mínimo tu exposición a la “realidad” externa a las
paredes de tu casa, que ahora son tu “realidad interna” y practica la
observación hacia ti mismo y los que te rodean, serás más feliz, descubrirás
muchas cosas de ti y los tuyos, pero sobre todo, te aportará un acercamiento a
la felicidad, porque estarás viviendo en “tu realidad…interna”, lo que la vida
ahora mismo nos trae: nuestro hogar y sus integrantes.
Hagamos de este
estado excepcional, la norma y aprendamos a disfrutarlo cada día más y mejor
Te acompaño… otro ratito
Un abrazo
Me encanta! Es súper importante convertirnos en espectadores de nuestra propia vida. Como si estuviéramos en el cine viendo una peli y tú estás justo sentado entre el proyector (tu mente) y la pantalla (tu vida). Siempre intentamos cambiar lo que hay en la pantalla dirigiéndonos hacia ella, identificandonos con lo que nos refleja, creyendo que ahí es desde donde podemos cambiar esos aspectos de nuestra vida con los que no estamos cómodos. Sin embargo, olvidamos que es una mera proyección y como verdaderamente podemos cambiar esos aspectos es girándonos hacia el proyector y modificar la cinta que previamente le hemos "dicho" que proyectara. Sólo ahí podemos encontrar las respuestas, sólo girándonos hacia nosotros mismos, mirándonos, abrazandonos y aceptandonos podemos conocer quién somos realmente y vivir en armonía con ello.
ResponderEliminarGracias, totalmente de acuerdo contigo ;) un abrazo
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