Que levante la mano el que no
tenga miedo…
A ver quién es
el valiente que en plena crisis mundial, tras 46 días de encierro y viendo la
cantidad de cosas que van a cambiar para siempre en nuestras vidas, no siente
miedo.
Pues bien
amigos, el miedo, aunque es una palabra con muchas connotaciones negativas y
siendo una de las palabras con una energía más baja de todas las que podamos
nombrar, porque nos arrastran al subsuelo, es necesaria para la supervivencia
humana. Y es necesaria porque sin miedo, habríamos muerto hace mucho, vamos que
se habría extinguido la especie. El miedo es una emoción necesaria para
nosotros, así que no lo estás haciendo tan mal, no te castigues, no te
pre-ocupes… mejor, ¡¡OCÚPATE!!
EL MIEDO ES
UNA EMOCIÓN IMPORTANTE, pero también es crucial en tu vida y de cómo respondas
ante el miedo dependerá el resto de tu vida. Existen tantas respuestas al miedo
como personas sobre la faz de la tierra, el miedo puede paralizarme y hacer que
no pueda responder a la vida, puede hacer que me enfade, normalmente porque no
entiendo la situación, me resisto a aceptar algo que sucede o bien porque busco
culpables fuera a lo que siento dentro. El miedo puede destruirme por completo
y obligarme a construirme desde cero, o bien puede empoderarme, porque acepto
el reto que se me presenta para hacerme más fuerte. Por miedo, puedes decidir
dejar de conducir o dejar de salir, puedo dejar un trabajo o una relación, porque
otra de las respuestas más comunes en el ser humano es la evitación, evito
enfrentarme a eso que me da miedo y me retiro para evitar el dolor.
¿Te habías
parado a pensar en esto? TODOS TENEMOS MIEDOS, pero es muy importante para mi
felicidad, conocer mis miedos y tenerlos presentes, para no permitir que
invadan mi vida y para caminar con plena conciencia de ellos, de forma que
impida que ellos tomen las decisiones de mi vida. Una de las partes más
importantes de la evolución y del crecimiento personal es conocer mis sombras,
para aprender a abrazarlas y a caminar con la frente muy alta, aun conociendo mis
debilidades, porque es muy fácil quererse cuando tengo éxito y veo mis
capacidades, pero también debo aprender a quererme y aceptarme, cuando veo mis
sombras, porque aunque sean un poco más oscuras de lo que me gustaría, son
también parte de mí y debo aprender a vivir con ellas, me pertenecen, también
soy esa cara oculta de la luna.
Y lo más
importante del miedo: NO PUEDO DEJARLE CRECER, el miedo es una emoción que si la
dejas campar a sus anchas, irá invadiendo poco a poco cada rincón de tu vida,
otro de los motivos por los que debo vigilar mis miedos, ser muy consciente de
ellos, porque debo mantenerlos a raya, debo de ser consciente de las parcelas
de mi vida que afecta y limitar su crecimiento, hasta que un día te levantes
bien fuerte y decidas hacerle frente al miedo hasta derribarlo.
¿CUÁNDO DEBO
ENFRENTARME A MIS MIEDOS? La respuesta es breve, en este caso: Cuando te
limiten, cuando consideres que lo que pierdes por tener miedo, es importante
para ti.
¿CÓMO ME
ENFRENTO A MIS MIEDOS? Como siempre, con paciencia, respeto y mucho amor hacia
mí, claro, que soy la persona más importante de mi vida, porque castigarme y
llamarme estúpida, no ayudan mucho, creo que es obvio, pero muchas veces
nuestra primera reacción es insultarnos, la segunda en orden de frecuencia es
gritar al que está enfrente como si fuera de mí estuviera el responsable de mi
sufrimiento y la tercera es rendirme, meterme debajo de la manta y llorar un
poco, o mucho, porque soy la mayor de las víctimas de la tierra en este
terrible instante.
Esto es lo más
habitual, pero como habréis imaginado no es lo mejor que puedo hacer por mí, lo
mejor y más saludable, si hablamos de inteligencia emocional, una de las
inteligencias menos trabajadas del planeta, sería FLUIR, una palabra muy de
moda, que ayuda bastante bien a explicar una de las estrategias más sencillas,
aunque sólo es para valientes, porque también es de las más complicadas para
salir de la espiral en la que nos mete el miedo.
FLUIR, NO
QUIERE DECIR RENDIRME O CONFORMARME, quiere decir observar a ese “león” que me
causa tanto miedo, dejarle moverse y acompasar mis movimientos a los suyos, no
intentar adelantarme a sus pasos, porque me produciría ansiedad, no darme por
muerta, por hacer demasiado caso a mis conocimientos previos, simplemente “acompasar
mis movimientos a los suyos”. Un movimiento como respuesta a cada uno de los
suyos, como en el ajedrez, no podemos ganar ni perder en la primera jugada,
¿verdad? Pues en la vida es igual, un movimiento cada vez, sólo uno y con
máxima concentración en la realidad actual, dejando atrás los recuerdos y las
predicciones, porque en esto amigos la memoria y la mente, serán nuestros
peores enemigos para jugar mi mejor partida.
COMO EN EL
AJEDREZ, EN LA VIDA, SI PERDEMOS NO PASA NADA, tenemos la posibilidad de volver
a jugar, de aprender aquellas jugadas que suelen funcionarme mejor y según la
situación ganaré unas partidas y perderé otras, dependerá de mi experiencia,
del tiempo que le dedique a mi aprendizaje y claro, del contrincante, pero como
a veces, no puedo elegir alguna de las experiencias de la vida, me limitaré a
hacer mi mejor partida cada vez y aprenderé de cada victoria y de cada perdida,
como en la vida.
Buen camino
amigos,
Un abrazo