Hoy vengo a presentaros una nueva
propuesta, como sé que hay muchas personas pasando por malos momentos, he decidido haceros una propuesta para
sobre-vivir a este encierro y a cualquier circunstancia difícil que se nos presente,
consiste en disociarnos de esos pensamientos que nos dañan ¿Cómo nos disociamos
de una idea de dolor o sufrimiento?
Pues os cuento una de las formas,
para ello os propongo jugar conmigo: Comenzamos por imaginar que los
pensamientos que nos rondan la cabeza son introducidos desde fuera, como si
fuéramos una hucha de dolor, como si esos pensamientos nos fueran externos a
nosotros, como si fuera un videojuego, alguien ha producido un pensamiento de
dolor, una creencia o situación y pretende que nosotros lo carguemos por él,
como si no nos pertenecieran. Para ello vamos a imaginar a esa persona o
situación que ahora me causa dolor delante de nosotros, cerrad los ojos por un
instante y visualizar eso que ahora os produce miedo o dolor, mira de frente a
la fuente de tu dolor, visualiza el color que tiene frente a ti ¿Si tuviera
color, cuál sería?, visualiza los lazos que os unen ¿si nos uniera algo, cómo
sería?, dale una forma a la situación o lo que rodea a la persona… y enciérralo
en una burbuja o varias, imagina como esa persona que las creó para mí, las
introduce en nuestra cabeza, como si nuestra cabeza fuera una hucha, quizá sean
varias burbujas las que se insertan en nuestra mente e introducen ese color
denso y oscuro en nuestra cabeza, por una o varias partes, no importa, déjate
llevar por el juego.
Así es como
los pensamientos nos invaden, ahora conscientes de que tenemos grietas,
producidas por el dolor y el sufrimiento, jugamos como niños con los colores.
Podemos ir cerrando los ojos y visualizar en el centro de nuestro pecho una luz
blanca, dorada o rosa, dicen que el rosa es el color del amor, así que
practiquemos el amor hacia nosotros mismos, a través de esta meditación activa.
En cada respiración, cuando crece el pecho porque entra el aire, nosotros vamos
a imaginar que nos entra amor, vamos a imaginarnos como nos vamos llenando de
amor o de color rosa, como si fuéramos un globo. En cada inspiración, nuestro
cuerpo se irá llenando de rosa o dorado, como prefieras. Llegará un momento, en
que tengamos tanto color dentro de nosotros, que comenzará a expandirse hacia
nuestras piernas, brazos y hacia la cabeza, así podremos observar como esa luz
rosa o dorada va invadiendo la oscuridad que antes habitaba en mi cabeza, poco
a poco por esas grietas, esa personas o situaciones que nos causan dolor irán
saliendo de nosotros, como si no pertenecieran a nosotros, como si se las
devolviéramos a ese creador, que no conocemos, además con un poco de suerte
esas circunstancias se irán manchadas de dorado o de rosa.
Poco a poco,
nuestro cuerpo y nuestra cabeza estarán llenos de esa luz, mi respiración será
más pausada, más tranquila, quizá con un poco de suerte podré ver de otro modo
esa situación, quizá debo reflexionar, quizá debemos dar un paso más en
nuestras vidas porque no es casualidad que yo esté aquí, que eso esté
sucediendo, nada es casualidad. Pero si no dejamos que los pensamientos invadan
nuestra mente, será mucho más fácil la vida, será mucho más fácil superar mi
reto de terminar el día de hoy, porque el de mañana, aún no existe, ¿recuerdas?
Pues bien,
ahora nuestro cuerpo es luminoso, la luz selló las grietas en nuestra cabeza,
sonreímos, porque hemos ganado hoy la batalla de separarme de esa idea que me
produce dolor, hemos logrado sentirnos por un rato sin ese dolor en mí, ahora
el dolor está enfrente y no me invade. El objetivo de eso, sólo es producir
dolor, de forma que me alejo, me protejo, me cuido y cuando esté fuerte, quizá
mejor mañana, me situaré nuevamente frente a esa situación o persona para ver
qué puedo realmente hacer para mejorar esa circunstancia y trabajaré sin
engañarme, siendo totalmente realista y objetiva, buscaré soluciones y lo que
no pueda solucionar, sencillamente, LO ACEPTARÉ, porque si algo viene para mí,
lo acepto, me enfrento con mi mejor yo a lo que tenga que ser, eso sí, con la
tranquilidad que aporta esta meditación de la luz y el gran trabajo que hace
concentrarnos en la respiración, para actuar eso sí, actuar desde el amor,
pensando que el que está enfrente, igual sufre más que tú, así que haré lo que
tenga que hacer, desde el amor y el respeto a todas las personas y
circunstancias que nos rodeen.
Yo os aporto
mi granito de amor del día con estas palabras
Un abrazo
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