El LIBRE ALBEDRÍO, nuestro mejor tesoro
Todos nacemos
con un maravilloso tesoro: NUESTRO LIBRE ALBEDRÍO, que consiste en nuestra
capacidad de elegir nuestra vida. Algunos pensaréis que no lo tenéis y os
equivocáis, siempre y digo siempre, estamos eligiendo y podemos elegir. Otros
creeréis estar haciendo uso del Libre albedrío y también os estaréis
equivocando, porque esa elección será el fruto de una carga que traes aunque no
lo sepas.
¿CÓMO SABER
SI HAGO BUEN USO DE MI LIBRE ALBEDRÍO? Es sencillo: SI MI DECISIÓN ME HACE
FELIZ, ESTARÉ ACERTANDO, ESTARÉ EN MI CAMINO, si mi decisión me hace infeliz,
no es libertad, estás respondiendo desde tus programas, creencias o cargas.
Voy a
insistir en esta idea: A CADA PASO ESTAMOS ELIGIENDO, debemos ser muy
conscientes. Porque hasta la decisión aparentemente más insignificante de ir
por la izquierda o por la derecha, es una elección, permanecer es una elección,
salir, es una elección, no elegir o no hacer, también es una elección.
A veces, no
somos conscientes de nuestra absoluta libertad de elegir y elegimos “no elegir”. Sin darnos cuenta que “no jugar” en el juego
de la vida, también es una elección, tomada desde mi libertad absoluta y desde
mi libre albedrío, desde mi conciencia o inconciencia, porque ser conscientes
también es una elección.
ESE PRECIADO
DON DE LIBRE ELECCIÓN LO VAMOS REGALANDO O MAL-GASTANDO, a lo largo de la vida
si no somos fieles a nosotros mismos, si nos dejamos llevar por la mente y no
le hacemos caso al corazón.
Siempre se
habla de la fidelidad hacia el otro, pero la más importante, es la FIDELIDAD
HACIA MÍ, que sólo podré tener, cuando me ame, cuando viva desde el corazón y
le escuche a cada paso, porque el corazón es el enlace hacia nuestra parte
divina, espiritual o álmica, como desees llamarlo y sólo el Ser conoce mi mejor
camino, MI MEJOR ELECCIÓN.
La
inseguridad o la duda, el estrés o las prisas, las presiones o las faltas de
respeto y también mi ego o mi falta de humildad, hacen que cada día regalemos
nuestro tesoro, sin darnos cuenta, porque estaremos permitiendo que el exterior
o mis creencias, me desconecten de lo que soy en realidad. Estaré regalando mi
vida al azar y lo peor, estaré retrasando eso que está esperándome en mi camino,
porque hasta que no conecte con mi corazón, no podré realmente hacer las elecciones
más acertadas para mí, estaré haciendo un MAL USO DE MI LIBRE ALBEDRÍO, aunque
eso también lo respeto profundamente, porque quizá no es tu momento o no estás
preparado para ello o te quedan cosas por aprender de esas elecciones.
Normalmente
esto sucede, por falta de amor hacia mí mismo. Porque suena bonito, eso de “lo
hice por amor o por ti” pero si mi decisión me daña, no es amor, es justo lo
contrario.
EL LIBRE
ALBEDRÍO ES UNA CONCESIÓN PERSONAL, CONCEDIDA A UNA VIDA, PORQUE CADA VIDA ESTÁ
ASIGNADA A UNA PERSONA, esa concesión la tengo yo individualmente como ser
humano y la tienes tú siempre, lo sepas o no, hagas uso de él o no y bajo
ninguna excusa, ni método, puede ser usado por una persona ajena a mí. Eso
incurriría en un grave acto de interferir en el libre albedrío de otra persona
y eso amigos, es una acción que daña al ser que lo padece y al ser que lo
realiza. Aunque no nos demos cuenta, la vida es muy justa y a veces, interferir
en el libre albedrío de otra persona, en su libertad de ser o hacer, se paga
muy caro, no es ninguna broma, en las constelaciones se puede ver con claridad
las cargas que ocasiona interferir en el libre albedrío de otro ser humano.
El mayor acto
de amor y conciencia, es el respeto, RESPETO TU ELECCIÓN DE ENFERMAR O DE
SANAR, DE CUIDARTE O NO HACERLO, aunque no me guste tu elección porque te
prefiera sano o feliz, o te prefiera así o de la otra forma, porque eso estará
respondiendo a mis programas, mis experiencias y mis conocimientos, no a los
tuyos.
En Reiki, LA
PRIMERA PREMISA ES QUE ANTES DE ACOMPAÑAR, APOYAR O AYUDAR, como lo queráis sentir,
en el proceso de “auto-sanación o evolución” de una persona, DEBE SER
SOLICITADO, porque incluso cuando queramos quitar un dolor o una carga a
alguien que queremos, estaremos interfiriendo gravemente en su libre albedrío,
puesto que la persona quizá, aún necesita seguir aprendiendo ahí donde está,
con ese dolor o esa situación difícil.
Incluso, cuando tengo la buenísima intención de pretender evitarte el
sufrimiento, estaré alterando tu libre albedrío, afectándote a ti y a mí,
aunque no lo creas. Es como no dejar aprender a los niños, ¿A que no le haces
los deberes a tu hijo o a tu sobrino? No, porque si se los haces, no le estás
dejando aprender ¿verdad? Pues algo así, sería evitarle un sufrimiento a
alguien sin su consentimiento.
Es un tema
muy profundo, así que el próximo lunes tendréis una segunda parte sobre el
Libre Albedrío
BUEN CAMINO AMIGOS
Un abrazo
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